
Las olas rompen en los riscos del puerto deportivo de Mazarrón mientras nos tomamos un café cortado en la terraza del Restaurante Zalabí. Allí todo es calma, sólo se escucha el rugir de las olas golpeando en las rocas, “en verano esto es maravilloso”, apunta Pedro Cánovas, cocinero del Zalabí y copropietario del mismo, “las noches de verano son mágicas mirando al horizonte”, matiza Pedro.
Pedro Cánovas y Fran Ramírez son los nuevos dueños del Zalabí, estandarte de la alta cocina en el Puerto de Mazarrón, “cuando llegamos aquí, [hace ocho meses], nos encontramos con un restaurante que tenía fama de tener mucha calidad, pero también de ser muy caro”, nos cuentan, “ahora hemos conseguido mantener esa calidad abaratando los precios, porque nuestros clientes demandan calidad a su justo precio. Esto ha sido posible gracias a que nosotros mismos nos encargamos de la cocina y del servicio”.
Prácticamente la mitad de los clientes del Zalabí son de las localidades de Alhama y Totana y prueba de que estos clientes han notado esa bajada en los precios y ese aumento en la calidad es que repiten su visita a esta pequeña joya gastronómica.
El Zalabí ha llegado a contar en plena temporada de verano con una plantilla de veinte personas cualificadas que se encargaban de atender a medio centenar de personas en el comedor interior del restaurante y a otros 180 comensales en la terraza con vistas al mar y al puerto deportivo. Todo ello gracias a la dirección y a la coordinación de Pedro y Fran, “nos gusta el trabajo serio. Gracias a ello hemos podido hacer que nuestros clientes se sientan satisfechos”, comentan.(más info en la edición impresa de Entrelíneas)
Pedro Cánovas y Fran Ramírez son los nuevos dueños del Zalabí, estandarte de la alta cocina en el Puerto de Mazarrón, “cuando llegamos aquí, [hace ocho meses], nos encontramos con un restaurante que tenía fama de tener mucha calidad, pero también de ser muy caro”, nos cuentan, “ahora hemos conseguido mantener esa calidad abaratando los precios, porque nuestros clientes demandan calidad a su justo precio. Esto ha sido posible gracias a que nosotros mismos nos encargamos de la cocina y del servicio”.
Prácticamente la mitad de los clientes del Zalabí son de las localidades de Alhama y Totana y prueba de que estos clientes han notado esa bajada en los precios y ese aumento en la calidad es que repiten su visita a esta pequeña joya gastronómica.
El Zalabí ha llegado a contar en plena temporada de verano con una plantilla de veinte personas cualificadas que se encargaban de atender a medio centenar de personas en el comedor interior del restaurante y a otros 180 comensales en la terraza con vistas al mar y al puerto deportivo. Todo ello gracias a la dirección y a la coordinación de Pedro y Fran, “nos gusta el trabajo serio. Gracias a ello hemos podido hacer que nuestros clientes se sientan satisfechos”, comentan.(más info en la edición impresa de Entrelíneas)
Por: Gerardo C. Saura
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