jueves, 1 de julio de 2010

Y volver...


Si miramos por encima el panorama de los medios de comunicación de nuestro país pareciera que estuviéramos abocados, de inmediato, a la mayor de las catástrofes, a un fin a corto plazo, -a medio plazo en el mejor de los casos-. A un desastre inmediato.
Ahora hagan un ejercicio muy sencillo: desconéctense de los medios de comunicación durante una semana. Vivan totalmente aislados, alejados de la contaminación de los medios y después hagan balance de esa semana. Compárenla con la realidad que les venden los medios de comunicación.
Los resultados dependerán en todo momento de sus circunstancias personales y no de las circunstancias globales del mundo.
Ni usted ni yo seremos capaces de cambiar el mundo si no somos capaces de cambiar antes nuestra actitud y por ende nuestro presente, -el que le compete a usted y a mí-. Nuestras circunstancias personales no las podrán cambiar los jerifaltes del Wall Street, ni los gurús de la Unión Europa. Nuestras circunstancias solo las podremos cambiar a base de reinventarnos, de “revelarnos”, de reaccionar y de renacer sin llegar a convertirnos en reaccionarios porque la vida está llena de oportunidades, porque todavía queda esperanza. Como siempre serán las clases medias y bajas las que tengan que trabajar para salvar la situación, -las clases altas no se dedican a eso-, y como todo lo que no mata fortalece, una vez más, como tantas otras veces ha sucedido a lo largo de la historia, saldremos reforzados de esta situación.
Ha llegado el momento de revivir y nosotros les proponemos en este número 31 más de mil motivos para hacerlo. Motivos para ser optimistas, motivos para que vivan, porque la vida no es más que la oportunidad de volver a empezar en cada momento.
Por Gerardo C. Saura

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